VALLADOLID DESDE MI BICI. El Pisuerga, su playa y su orilla izquierda


Pisuerga y puente Mayor
Dicen los entendidos que la sinuosidad del río Pisuerga y la anchura de su la lamina de agua dotan al  paisaje de belleza y espectacularidad.
Dicen, que la playa fluvial de las Moreras ocupa apenas 200 metros de los 23, 2 kilómetros que el Pisuerga recorre a través del término municipal de Valladolid; que está situada en la orilla izquierda del río, transcurre paralela al Paseo de Isabel la Católica,  limita con el parque de la Rosaleda  y flanquea el núcleo histórico de la ciudad.
Dicen, que la presencia de elementos significativos del patrimonio cultural es grande en este tramo del  río, empezando por el puente Mayor, que es el más antiguo de la ciudad que os voy mostrando, poco a poco, desde mi bici.




Voy a confesar ya, que ni el Pisuerga ni su playa -cuyo máximo esplendor fue en los años 7O- han formado parte de mi infancia y juventud. Después de cuarenta y muchos años viviendo en Valladolid, ha sido hace muy poco cuando he tenido la suerte de descubrir, disfrutar y tomar serio interés por este gran río que nos cruza, nos une y nos separa al tiempo.


La orilla izquierda del Pisuerga es un camino agradable, ameno, transitado y muy vivido. Paseantes, deportistas, pescadores (ya, ya sé que es un deporte), barcas, piraguas, lanchas y La leyenda del Pisuerga, que desfila majestuosamente  por esta pasarela de agua, llenándola de música, risas y aires del Mississippi. Su imagen forma parte ya de la memoria de vallisoletanos y visitantes.


Detalles, rincones, imágenes únicas, pequeños trozos que descubro cada día y me sorprenden por su belleza y serenidad. Da la impresión de que alguien los fuera colocando cada mañana para mí, como una prueba o concurso. El premio: los instantes robados para siempre a la memoria escasa  del  tiempo.


Pudiera dar la impresión por mis palabras de que es un paraíso sin mácula alguna. No, no lo es. En zonas concretas, olores, suciedad, celebraciones de fin de semana... Lo peor para mí que camino muy a menudo con perros, la falta de papeleras.


Quedémonos con lo bueno, ¡que es mucho! Estáis todos invitados a pasear conmigo, eso sí... en bici.
De la orilla derecha hablamos otro día.

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