DE MAÑANA. Ganas de escribir.




Terminé la primavera e inicie el verano empachada de trabajo y obligaciones. De la mañana a la noches tuve que decidir entre cuidar o cuidarme, así que decidí delegar. Delegar es un arte complejo pero necesario y la mejor de las medicinas.
Decía Coco Chanel: "No pierdas el tiempo chocando con la pared con la esperanza de transformarla en una puerta". Eso es lo que estaba haciendo yo y os digo que no merece la pena y que el infierno del estrés nos lo imponemos, la mayoría de las veces,  por pura soberbia.
Repasando la lista de las cosas que más me gustan -las que más- resulta que había dejado de lado algunas prácticas que me definen, pasando a tomar importancia y regularidad algunas otras que, la verdad ni me definen ni me interesan lo suficiente: aquellas que hay que hacer porque no se puede vivir aislado y sin información del entorno inmediato y del planeta en general.
Entre esas cosas que ya no hacía, estaba articulito de los sábado por la mañana, depués de un largo paseo con los perros, tomando mi segundo café y escuchando la música que ahora es la banda sonora de mi vida: ópera. 
Hay más, pero tampoco se trata de contarlo todo el mismo día.  Iremos hablando a medida que las encaje en mi nuevo calendario.
Feliz sábado, caminantes.
¿He vuelto? Pues esa es mi intención.


PD. Tengo que dar las gracias a Oficina de autor y #repollitohappy por ganarse mi confianza y dejar que me recupere a fuego lento.


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